A MI QUE ME IMPORTA …
“El hombre ha sido criado bajo una doctrina de sumisión, para poder ser aceptado”
La humanidad siempre ha tenido un comportamiento de obediencia frente a su líder natural, bien sean padres, políticos, pastores o profesores. Mil años A.C hasta nuestros días, el control de las masas ha sido fundamental para poder mantener el poder de cualquier corriente ideológica, política y religiosa.
El hombre será condenado, si decide salir del circulo en donde desarrolla su vida social. Esto indica la esclavitud en la que siempre ha estado sometido, una esclavitud atada a la cadena del miedo, ese miedo que tiene el individuo a no pertenecer a la secta en la que fue bautizado, llámese, religión, política o trabajo .
La sociedad con sus ínfulas de humanidad, altruismo, compasión y caridad ha manipulado a la masa, llevándola al rincón de la miseria con los temas, “Poner la otra mejilla, dar al que no tiene, ponerse en los zapatos del otro, tener empatía y dar de beber al sediento”. Que inhumano me siento, pero la verdad es que la vida no está más allá de un kilómetro que nos rodea.
A mi que me importa… esa palabra suena muy dura al oído del otro, pero el hecho de “no importa” solo indica que no me interesa, no me preocupa, no es mi problema, o simplemente no es mi responsabilidad. Pero el miedo a decirla por lo general mete a la persona en muchos problemas, porque la lleva a asumir responsabilidades que no son de su agrado.
A mi que me importa… Aquí hay que tener muy claro el concepto de egoísmo. Para poder crecer espiritualmente, económicamente e intelectualmente, hay que tener la capacidad de rechazar el dolor, el pesar y la necesidad del otro. Porque para poder ayudar primero hay que cubrir las necesidades personales, de lo contrario serás un pilar para hacer crecer la miseria humana.
Hay que entender que las relaciones interpersonales son más contaminantes que favorables, ya que el hombre es un individuo independiente, por eso no necesita ser aceptado por los otros, por ende; no es superior ni inferior a nadie, no debe ser victima del entorno, no está determinado por su personalidad, no tiene que cumplir con las expectativas de los demás, no está en la obligación de controlar todo lo que pasa, no tiene que evitar el conflicto, no tiene que ser perfecto, no tiene que ser feliz todo el tiempo. Por eso lo más importante es saber decir con sabiduría, A mi que me importa.
En el libro del escritor y poeta alemán Hermann Karl Hesse “El Lobo Estepario” él nos demuestra en su personaje Harry, a un joven que termina entendiendo que lo fundamental de la vida, es estar satisfecho de sí mismo y de su vida, en sus páginas encontramos frases como, “La soledad era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo espacio frío en el que se mueven las estrellas.”
No tienes porque ser el centro de atracción de todo el mundo, esto te trae más problema que satisfacciones, no tienes que vivir la vida de los demás, pues cada quien debe tener la responsabilidad de crear su propio destino. ¿Qué te importa lo que pasa en el océano, si a tu casa ni siquiera llega el agua?
Vive tu vida, preocúpate por tu salud para poder llegar a donde quieres llegar, mantén tu mente ocupada en propósitos propios, olvídate del vecino que se la pasa todo el día bebiendo y lamentándose, pues eso solo te traerá incomodidad y frustración.
“La verdadera vida, se vive entre dos metros cuadrados”