PAN Y CIRCO EN EL SIGLO XXI.
“La fiesta de la vida comienza brindando con vino en el nacimiento y termina con el tinto en el velorio”
En el siglo I, Roma tenía problemas de orden público por el aumento de los impuestos, que había ordenado Julio Cesar. Frente a este problema, el poeta y filósofo Juvenal le aconsejo que para controlar el malestar que tenía el pueblo, el emperador tenía que ofrecer panem et circenses (Pan y circo). Era la forma de tener a los romanos entretenidos para que no pensaran mucho.
Del año 1 al 2022 vemos que nada ha cambiado en el modo de controlar las masas. Los líderes con sus retóricas populistas, religiosas y políticas continúan llevando al pobre de mente al redil de la miseria, donde los consienten con deseos y los duermen con promesas.
La forma de gobernar sigue siendo la misma sin importar la tendencia ideológica, ya que la misión es; controlar al débil y dominar al fuerte para que, los que poseen el poder se sientan importantes frente a la sociedad que los eligió para que los robe y los extorsione.
La mayoría de la raza humana se acostumbró a no pensar y, por eso buscan “líderes” para que le controlen su vida, su libertad, su economía y hasta la forma de pensar. El hombre ha permitido la creación de leyes e impuestos, para ser dominados por el mismo hombre.
Nada cambia ni cambiará, sólo cambian los nombres de las instituciones, de los partidos, de las religiones, de los dioses, de las leyes y de los ladrones que nos gobiernan. Lo grave de esto es que los ciudadanos siguen permitiendo que sea el otro quien controle su economía y le ponga límite a su propiedad privada.
Pan y circo en el siglo XXI. Los políticos se aprovechan de la tecnología para hacer de ella el circo que mantendrá la sociedad entretenida con las redes sociales y, con el desarrollo industrial para que produzcan un pan liviano de esfuerzo (Golosinas, Chucherías, snacks).
Pan y circo en el siglo XXI. El pan los políticos lo disfrazan con dádivas como bonos, subsidios y cestas de un alimento empobrecedor. El circo lo logran permitiendo los caprichos de los progres y los antifa. Un circo que permite la anarquía y la descomposición social con el pretexto de que defiende los “errados” derechos humanos.
Hoy en día el pan, los políticos lo reparten con promesas donde los ricos serán los que darán parte del fruto de su trabajo, para calmar la flojera de los gobiérneros. Un circo donde muchos pasan a él sin pensar, donde en la entrada a la carpa prometen un espectáculo lleno de paz total, de un amor social, donde la igualdad hará el número principal y el resentimiento será el presentador.
Nada cambia, el pan seguirá siendo una promesa que mantendrá al pobre despierto frente al ego del tirano, y , el circo seguirá siendo la vista gorda del gobierno que permite que los antisociales, los desadaptados y los resentidos sociales hagan fiestas, perturbando la tranquilidad de la sociedad, para que ellos se sientan identificados y escuchados.
Julio Cesar, emperador de Roma, estaba muy claro cuando aceptó el consejo de Juvenal. Él estaba tan consciente, porque pensaba lo siguiente. “No son estos hombres bien alimentados y con pelo largo lo que temo, sino el pálido y el hambriento”. Pues un hombre que no tiene nada que perder, representa un verdadero peligro.
No se puede seguir complaciendo al gobernante por simple miedo. El gobernante que cree que tiene el poder absoluto, siempre pisoteará al débil y negociará con el fuerte. Todo gobierno se sostiene es por el ciudadano, por eso, si no hacemos nada por él, simplemente renunciará.
“El hombre que piensa con el estómago, se convierte en pieza primordial para la corrupción”