SALVEMOS AL… ¿O EL MUNDO?
“El hombre siempre ha jugado con las palabras para dominar y gobernar”.
Dentro de la política, la religión y la filosofía, el cómo usar las palabras ha logrado grandes triunfos dentro de la masa. La masa que se deja moldear al no poner objeción frente a quien le gobierna o enseña, esa masa no reclama por miedo a equivocarse y, el creer que es el otro quien tiene la razón o la verdad, esto generalmente pasa por la falta de lectura en el individuo.
Cuando decimos salvemos al mundo, nos estamos refiriendo al conjunto de habitantes que hay en determinado espacio. Aquí los populistas y religiosos hacen fiesta. Ahora cuando se refiere a salvar el mundo se está hablando del planeta, plato fuerte de los políticos y de organizaciones gubernamentales.
A la mayoría de la población la han llenado de preocupaciones con el tema de salvar el mundo, un mundo que se defiende con sus propias leyes naturales, donde el hombre tiene muy poco por hacer, pero que para los políticos salvarlo es un gran negocio.
Ahora salvar al mundo, es un tema maravilloso para las religiones, ya que con ella el diezmo toma una gran importancia para dicha salvación, la manipulación de la oración siempre ha sido un gran negocio para los que deciden usarla a su favor.
Salvar al mundo. ¿Cuál mundo? El mundo que debemos salvar es el diminuto que tenemos a nuestro alrededor (Familia) , este es el verdadero mundo que debemos salvar, proteger y formar, ahí es donde debe estar el verdadero objetivo de salvar al mundo.
Salvar al mundo, esta salvación individual donde cada quien tiene su mundo bien sea escolar, laboral o familiar, a partir de esta salvación es donde la sociedad empezará a crecer, producir y prosperar.
Salvar el mundo, es un tema político donde el culpar al ciudadano de su destrucción, no tiene otro propósito que hacer crecer el negocio de donaciones. Responsabilizar al ciudadano de a pie es una sumisión que lo que lleva es mantener a la población en la miseria y sin deseos.
Al final el verdadero mundo tangible es el propio ( el yo). En el libro de Atrévete a no gustar. Este libro está relacionado con Alfred Adler, de quienes sus autores Ichiro Kishimi y Fumitake Koga nos comparten su filosofía en forma de diálogo entre un viejo filósofo y un joven. En este libro se descubre al mundo que hay en uno , ese mundo que la sociedad no quiere que uno analice, una de las frases en él dice. “…la vida no es una competición. Basta con seguir avanzando, sin necesidad de competir con nadie. Y, por supuesto, sin necesidad de compararse con los demás”
Los líderes sociales siempre venden su mundo, no permitiendo que cada ciudadano identifique su propio espacio, el cual debe defender. La libertad en el mundo individual, solo estara limitada por la forma de ser, de actuar y de pensar .
“En mi mundo mando yo, esta es la única forma para poder vivir tranquilo”.